Los desmantelamientos de las centrales propiciados por la transición energética han sido planteados con una visión global que incluye el vector de la circularidad tanto por la reutilización del emplazamiento e infraestructuras, buscando nuevas actividades de reindustrialización y desarrollo de negocio en el territorio, como por el propio carácter circular del desmantelamiento en sí.
En lo referente a nuevas actividades se trata de aprovechar las posibilidades energéticas del emplazamiento a través de proyectos renovables o cuando esto no sea posible, de la búsqueda de alternativas industriales de terceros.
Para la parte de los trabajos de desmantelamiento se lleva a cabo un proceso de valorización de activos que permite aplicar los principios de la Economía Circular de forma optimizada mediante el aprovechamiento de equipos, componentes y materiales así como la maximización del valor de los bienes y materiales a los que se logre dar una segunda vida.
En lo referente a la reindustrialización se han llevado a cabo una serie de convocatorias internacionales de proyectos para atraer actividad económica y empleo a la zona con la posibilidad de reutilizar parte de los emplazamientos e infraestructuras existentes.
Para los activos que no forman parte de esta reindustrialización la actuación consiste en, junto con el contratista de los trabajos, trabajar en la valorización de todos los activos que actualmente se encuentran en las plantas de generación que van a ser objeto de desmantelamiento. Las vías de valorización son el reaprovechamiento de equipos o componentes en otras instalaciones del Grupo, la venta a terceros como activos de segunda mano para ampliar así su ciclo de vida y la cesión a entidades de índole cultural o social. Además, se presta especial atención en la recuperación de materiales, tratando de optimizar su valor buscando siempre la alternativa más circular y generando ecosistemas circulares con otros sectores.
La parte correspondiente a los trabajos de obra civil ejecutados por un contratista, se articula mediante la exigencia de cumplimiento al mismo de un Plan de Desmantelamiento Circular en el que se detallan todas las iniciativas que se llevan a cabo relacionadas con la Economía Circular, así como una serie de indicadores, que son revisados periódicamente y que permite mostrar de forma sencilla los resultados obtenidos gracias a estas medidas aplicadas.
Como resultado de esta iniciativa, se puede afirmar que se obtiene un ahorro de materia prima en la fabricación de equipos nuevos, que pueden ser sustituidos por la utilización de equipos de segunda mano. Además, se obtienen ahorros de emisiones de CO2 correspondientes a todos los procesos de fabricación que conllevarían.
Habitualmente los procesos de desmantelamiento suelen implicar unos ingresos por venta como chatarra de los materiales desmantelados. Buscando una segunda vida a esos equipos, en lugar de considerarlos como residuos se puede maximizar su valor, proporcionando ingresos netos por encima del 10 o 15%. Asimismo, el reaprovechamiento de activos dentro de las instalaciones del propio Grupo proporciona ahorros por compras evitadas de equipos o componentes. Por ejemplo, el reaprovechamiento de activos de los almacenes de centrales de Compostilla y Teruel podría suponer la reutilización de más de 7.000 referencias que tendrían un valor medio de almacén de más de 5M€.
Es una forma de minimizar el impacto de los cierres en las comarcas cercanas ya que gracias a ella se generan nuevas oportunidades económicas debido a la implantación de nuevos negocios. Fomentándose así el empleo y la actividad económica promoviendo además la sostenibilidad de los municipios.